¿Qué podemos decir de la pandemia de Covid-19 y las personas con discapacidad?
Los colectivos más vulnerables de la sociedad (personas dependientes, discapacitados, enfermos crónicos,…) están sufriendo hoy en día, después de casi dos años de pandemia las consecuencias mucho más que el resto.
Los encierros, las limitaciones de movilidad y las restricciones de derechos fundamentales les han afectado más a ellos que al resto de la sociedad.
Remontémonos a antes del estallido de la pandemia
Allá por el mes de enero de 2020 el coronavirus ya estaba circulando por España. El primer caso de contagio se dio en la isla de la Gomera y desde entonces la pandemia creció de manera exponencial.
Anteriormente a esto, ya había habido casos de ingresos hospitalarios con infecciones respiratorias de origen desconocido allá por el mes de noviembre de 2019. De hecho, yo conocí un caso de un chico con discapacidad física que estuvo varios meses ingresado en el hospital, intubado en la UCI, en estado crítico. Posteriormente, tras hacerse una serología se demostró que había pasado el Covid-19.
14 de marzo de 2020, se declara el Estado de Alarma
Durante los meses siguientes, los casos fueron aumentando. Eran habituales los ingresos por infecciones respiratorias sin origen conocido. Los sanitarios ya estaban alertando de que algo raro pasaba, que no era normal. Las UCI empezaron a llenarse con pacientes Covid-19.
El aumento incontrolado de casos llevó al Gobierno de España a declarar el Estado de Alarma el día 14 de marzo de 2020, limitando la movilidad y restringiendo derechos fundamentales, para evitar la saturación de las UCI y la propagación del coronavirus.
Durante tres largos meses nadie, excepto trabajadores esenciales, pudo salir de sus casas, residencias, etc.
La pandemia de Covid-19 y las personas con discapacidad: el encierro en sus casas o habitaciones de sus residencias
Yo, como sanitario, empecé a trabajar en una residencia de la Comunidad de Madrid en Alcorcón. Tuve que dejar de lado mi actividad principal de los últimos 6 años: dar servicios de ocio y tiempo libre para personas con discapacidad. Los discapacitados que tenían programados viajes conmigo se tuvieron que encerrar en sus casas, habitaciones de residencias, etc. Para ellos empezó un calvario que dura hasta nuestros días.
Los daños psicológicos y físicos se han ido haciendo más patentes a lo largo del tiempo
No sabemos lo que va a suponer a nivel psicológico todo esto. Algunos hemos recuperado parte de nuestra vida anterior. Pero las personas con discapacidad siguen sufriendo las consecuencias a nivel psicológico y físico.
Los daños psicológicos más importantes son:
- Miedo al contacto con familiares cercanos.
- No salir a la calle por miedo al contagio
- Estados de depresión y ansiedad debidos al encierro.
Los daños físicos se han hecho visibles:
- Empeoramiento físico debido a la falta de terapias durante muchos meses.
- Los miedos han hecho que muchos de ellos no se atrevan a retomar sus actividades habituales.
Qué se debe hacer desde las instituciones
Desde los gobiernos se debe dotar de los medios necesarios para evitar daños psicológicos permanentes a las personas con discapacidad. Y no solo a las personas con discapacidad, a la sociedad en su conjunto.
- Más profesionales sanitarios.
- Dotar de suficientes psicólogos y psiquiatras para detectar y poder tratar casos graves.
- Ampliar la información para evitar la estigmatización de las enfermedades mentales.
- Más campañas para dar visibilidad a las terapias psicológicas.
